Con esta penúltima entrada por este año al blog, voy a
reflejar un vídeo que vimos en la asignatura: Gestión e innovación de los
contextos educativos, donde voy a poner cuáles han sido las ideas principales y
algunas reflexiones propias que creo que son importantes resaltar.
Este vídeo señala que tanto en España, como en otras partes
del mundo, como por ejemplo, Colombia, Argentina…entre otros, sigue habiendo en
pleno siglo XXI escuelas tediosas y aburridas, con falta de compromiso, es
decir de educar al alumno de forma que
los aprendizajes se queden en él, de forma indefinida.
En Argentina, en plena clase, había unos alumnos que se
quejaban de que al final de curso, les mandaran a leer un libro, porque decían,
que no les servía para nada, que dentro de unos meses (no hablaban siquiera de
años), se les iba a olvidar todo lo que habían dado ese curso. Y llevaban
razón, ya que, como creo que he reflejado en alguna de mis entradas, el
objetivo de la educación ahora, es aprobar asignaturas, no aprender.
La educación se centra en impartir una serie de contenidos,
hay un paradigma fragmentario, es decir, los conocimientos no se quedan en los
alumnos, los sistemas educativos siguen sin cambiar, siguen obsoletos, mientras
que la sociedad avanza en el cambio.
Los objetivos de la educación se miden con la evaluación,
pero sin embargo, ¿por qué no medimos el proceso?, las notas nos califican, nos
ponen un estigma que luego, más adelante en nuestra vida como alumnos, es muy difícil
de quitar.
Necesitamos educar en las emociones, pero, ¿cómo hacemos
para educar en las emociones si nuestra formación no ha tenido como finalidad
tratarlas?
La escuela debe ser un lugar de crecimiento personal, no un
mero transmisor de conocimientos para tener un trabajo.
La escuela sigue siendo una fábrica de ciudadanos
obedientes, es decir, grupos de alumnos homogéneos, con contenidos homogéneos y
poca capacidad para responder a las individualidades.
Necesitamos educadores, no enseñadores, la escuela acalla
tus creaciones, tu curiosidad y tus ganas de aprender, estamos hartos de que
nos digan que es lo que tenemos que hacer o qué debemos aprender. ¡Aprendamos
solo lo que nos guste, lo que nos interese y lo que nos parezca más productivo
de cara a la realidad!
Tenemos un maestro interior, que nos impulsa a descubrir, a
aprender, a crecer…¿Por qué la escuela no impulsa ese maestro interior?
Para finalizar solo debo añadir que la educación debe ser
una meta personal y unas ganas de vivir que tenemos que conectar con nuestro
interior, los niños y los alumnos en general ,debemos elegir lo que nos
estimula, lo que queremos aprender, y para ello, como decía Rudolf Steiner: Sintamos
nuestra alma, escuchemos nuestro corazón.
Os dejo, a continuación el vídeo de la escuela prohibida,
espero que os parezca interesante:
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